Si no lo cuentas es como si nunca hubiera sucedido...

domingo, 5 de febrero de 2012

Aprender de los Errores

Uno de los tres pilares en los que se sustentan los valores de la empresa en la que actualmente trabajo  es “Aprender de los errores”.

Habitualmente, en mis entrevistas de selección, suelo hacer la siguiente pregunta  a los candidatos: ¿Cuál es el mayor error que has cometido profesionalmente, cómo conseguiste solucionarlo y, en caso de no haberlo solucionado, qué aprendiste de ello?”.  

Me encantaría podeos explicar aquí las respuestas que he llegado a escuchar y que, por ética profesional , no voy a desvelar en este momento… Pero os puedo asegurar que todo el mundo comete errores, se comenten cada día errores enormes y, la mayoría de la gente, tras meter la pata no se plantea qué pudo aprender de todo ello.

Cuando los candidatos pasan la selección y entran a trabajar en la empresa, el primer día les vuelvo a recalcar “No nos importa que cometas errores, partimos de la idea de que en tu paso por la empresa vas a cometerlos, pero queremos que aprendas de ellos”.

Y me quedo tan ancha… Como si aprender de los errores fuera algo tan sencillo…
Pues bien, hoy aquí voy a dar una serie de pautas para intentar conseguirlo:

EVITA LOS SENTIMIENTOS DE CULPA
Para comenzar, la primera pauta que debemos seguir a la hora de cometer un error es no asociarlo con un “fracaso” o “debilidad”.

Como consecuencia de diversas enseñanzas de carácter religioso, muy arraigadas culturalmente,
tendemos a creer que los errores son siempre la consecuencia de nuestras propias carencias, debilidades y temores, lo que suele generar sentimientos de culpabilidad. Sin embargo, debemos ser conscientes que esta asociación no es más que una imposición cultural que queda muy alejada de la realidad.
No nos fustiguemos, cometer errores no es malo. Es sano y nos ayuda a crecer.

Un claro ejemplo de lo que decimos, podemos encontrarlo en la ciencia. La ciencia, basada en métodos hipotético-deductivos, avanza gracias a los errores. Dicho de otro modo, tal como apuntaba Karl Popper: El avance en la ciencia está en falsar sucesivas teorías para así, sabiendo lo que no es, poder acercarse cada vez más a lo que es.

Hoy sabemos que la Tierra es redonda, gracias al fabuloso error que Anaximandro cometió al afirmar que nuestro planeta era plano y que, siete siglos después, Ptolomeo logró falsear.

Anaximandro (600 años antes de Cristo!!) abrió así uno de los mayores dimes y diretes de la historia de la Astronomía y fue el inicio de uno de los grandes descubrimientos de la Ciencia.


ASUME TUS RESPONSABILIDADES
En segundo lugar, encontramos el factor más determinante a la hora de aprender de nuestros errores: el reconocimiento.

Reconocer tu responsabilidad frente al error es vital para aprender de ellos.

A menudo, cuando la gente me explica a cerca de errores que han cometido, suelo escuchar:

-          No me dieron tiempo suficiente para hacer esta tareaà ¿Exigiste más tiempo para hacerla? ¿Comentaste que, esa falta de tiempo podía dar lugar a un error?
-          No tenía los medios suficientes para hacer la tarea correctamenteà ¿los pediste? ¿lo
avisaste?
-          La tarea que me asignaron está por encima de mi nivel à ¿Lo advertiste?

Tras un error siempre buscamos aquellos factores externos que nos han llevado a cometerlo, pero debemos darnos cuenta que fuimos nosotros quienes no pusimos medios para evitarlos.

En nuestro día a día profesional debemos aprender a reconocer que tanto los éxitos como los fracasos tienen un único origen: nosotros mismo. Es lo que en psicología llamamos “Locus de Control”.

El concepto de locus de control (LC) se refiere al grado con que el individuo cree controlar su vida y los acontecimientos que influyen en ella. Las personas con un LC interno se acreditan como capaces de influir en su propio destino; por el contrario, las personas con LC externo, son aquellas que lo atribuyen a la suerte, el azar o lo sobrenatural.

Los trabajadores con LC externo, suelen adoptar actitudes de conformismo, apatía, desinterés y sumisión con mayor frecuencia que los trabajadores con LC interno, que generalmente tienen un mejor desempeño en su trabajo, éxito y satisfacción. Sabemos además que Locus de Control e inteligencia son dos conceptos que van de la mano, siendo los individuos con LC interno los mejor parados.

Desgraciadamente, los estudios muestran que la mayoría de nosotros poseemos un  LC externo. Sin embargo, también hoy sabemos que el  LC es un rasgo de la personalidad que puede ser fácilmente modificado a través del aprendizaje.

ANALÍZATE. APRENDE DE TUS ERRORES
Si hemos seguido correctamente las dos pautas anteriores, estamos en disposición de llegar al punto en el que podemos aprender del error.

En este punto es donde debemos preguntarnos qué aspecto de nosotros mismo, ya sea una conducta o un rasgo de nuestra personalidad, nos ha llevado a cometer dicho fallo. Es por tanto una fase de autoanálisis, en la que no entraremos  a evaluar qué otros aspectos extrenos han podido llevarnos hasta el fracaso (a pesar de que, muy probablemente, muchos de esos factores externos hayan tenido que ver en la consecución de dicho resultado).

En este momento, es cuando, en un ejercicio de valentía y honestidad, hemos de preguntarnos: ¿en qué momento comencé a cometer fallos? ¿por qué? ¿qué los desencadenó? ¿qué tendría que haber hecho para no haber llegado hasta allí?¿alguna vez he actuado del mismo modo y ha tenido consecuencias similares? Y el más importante, si volviera a ocurrir ¿cómo tendría que actuar  para no caer en el mismo error?

Si conseguimos respondernos a estas preguntas e intentamos, en la medida de lo posible, recordarlo en nuestro día a día, es muy probable que, la próxima vez que encontremos la piedra, no tropecemos.

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